Cuando supimos que íbamos a ser padres por primer vez, decidimos tomar el asunto seriamente y nos informamos en miles de temas y un punto que ha sido fundamental para nosotros es la hora de dormir.
Somos de esas familias que "se acuestan con las gallinas" como dice el dicho; pero realmente esto tiene sus beneficios comprobados. Les cuento algunos:
1. Crea una sensación de seguridad en los niños: El hecho de tener una rutina (ya casi les cuento la nuestra) hace que nuestros hijos sientan esa seguridad de saber que va a pasar y que deben hacer, lo que les genera independencia y confianza en sí mismos también.
2. Promueve el crecimiento: Según estudios científicos la hormona del crecimiento es secretada en mayor manera durante la noche.
3. Mejora el Sistema Inmunológico: Muchos de los procesos relacionados con las defensas de nuestro organismo suceden por la noche.
4. Ayuda con el aprendizaje: Nuestro cerebro "no descansa", la información que recibimos en el día es procesada cuando descansamos. ¡Ahora, imaginen nuestros hijos, en pleno crecimiento y adquisición diaria de conocimiento!.
Y bueno hay un montón de beneficios más, por lo que es necesario que el sueño sea adecuado según la edad, además de ser tranquilo, sin interrupciones o sobresaltos.
Nuestra rutina es en realidad muy sencilla, adecuada según los cambios que han surgido desde que éramos 3 a este momento que somos 4...
En primer lugar, les cuento que aquí "nos acostamos" a las 7:00 pm, máximo 7:30 pm, (obvio si hay alguna actividad especial hacemos la excepción). Tipo 6:30 hacemos la cena en familia, siempre que se pueda, y luego los pijamas. Aman el momento de lavarse los dientes y les damos la libertad de hacerlos solos, eso sí, al final les damos una revisada y si es necesario los volvemos a lavar. Luego de esto, tratamos de leer un cuento, pero debo ser muy sincera, no siempre se puede porque el nene menor por lo general se inquieta mucho aún, así que ideamos una manera que se ha vuelto, como dice mi hijo mayor, "una tradición que debemos hacer siempre"; inventamos un cuento entre todos, mamá empieza, y puede seguir el nene y luego papá, hasta que terminamos con una historia genial e irrepetible. Mientras hacemos esto, por lo general mi hijo menor toma su chupón y cada uno tiene su cobija especial y peluche para abrazar. Para terminar nuestra rutina, por acá se apagan todas las luces, se cierran ventanas y ¡a dormir!
Sencilla, hermosa y muy nuestra, así es nuestra rutina, y lo mejor, al final nos queda tiempo para nosotros. 😉


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