Hace como tres meses nuestro bebé nos pidió quitarle el pañal y fue un momento demasiado emocionante, ¡al fin!... ó, eso creíamos. Duro como dos días orinando en el sanitario con un reductor de asiento y de repente decidió que no quería más. Como padres, la frustración era tangible a kilómetros pero también recordamos que cada niño tiene autonomía y su propio ritmo.
Hace aproximadamente tres semanas volvió a pedir que le quitáramos el pañal y esta vez el proceso comenzó en serio. (Falta un mes para que cumpla los dos años💪)
La emoción en casa corrió como pólvora y mi mamá le trajo de regalo un reductor de sanitario que rechazó inmediatamente. De verdad no hubo manera de que lo aceptara así que decidimos ir a buscar con él el asiento o reductor de su elección.
Hace aproximadamente tres semanas volvió a pedir que le quitáramos el pañal y esta vez el proceso comenzó en serio. (Falta un mes para que cumpla los dos años💪)
La emoción en casa corrió como pólvora y mi mamá le trajo de regalo un reductor de sanitario que rechazó inmediatamente. De verdad no hubo manera de que lo aceptara así que decidimos ir a buscar con él el asiento o reductor de su elección.
Después de jugar un buen rato en la tienda el potty trainner escogido fue este de arriba, de la marca Safetty First, y fue un plus porque tiene 3 funciones distintas (potty trainner, asiento reductor de sanitario y banco (que usa para alcanzar el lavamanos)).
Desde la primer vez que había pedido que le quitáramos el pañal yo había buscado calzoncillos entrenadores y, como somos amantes de la marca Baby Fresh, fue el primer lugar donde buscamos. Realmente estamos felices de haberle comprado los calzoncillos ya que absorben bastante y han sido de gran ayuda para evitar tanto derrame los primeros días.
El libro Boy's Potty time nos gusta porque tiene imágenes de niños reales así que nuestro bebé se sintió bastante identificado y ha sido de gran ayuda para la motivación del tema. (Lo conseguimos en Book's & Toy's)
Ahora después de toda esta búsqueda de complementos el proceso continuó y ha sido mejor de lo que esperábamos. Los primeros dos días fue un caos eso sí, se orinaba a cada rato por toda la casa y de verdad, si no fuera por los calzoncillos el caos hubiera sido mayor. Igual cada vez que orinaba le hablábamos tranquilos diciendo que nada malo había pasado, que estaba aprendiendo y que cuando sintiera ganas debía comentarnos para acompañarlo al sanitario. El segundo día a pesar de los "accidentes" empezó a decirnos y lo lográbamos llevar al menos a terminar.
Así duramos como unos 5 días y pasados logró decirnos cada vez que quería orinar, eso sí, en esos días no quiso defecar ni dormir sin pañales, algo que respetamos.
La segunda semana fue sorprendente ya que empezó a ir solo al "sanitario" y pidió no ponerse calzoncillos así que a los días defecó en el potty trainer. ¡Obviamente fue una fiesta que lo haya logrado y se sintió motivado!
Durante esta segunda semana empezamos a salir a hacer "mandados" cerca sin pañal y enseñarle el autocontrol fuera de casa; que orinara antes de salir y al llegar y que durante el paseo o salida debe avisarnos.
La tercer semana empezó a dormir por la noche sin pañales y para nuestra admiración se despierta por la noche a pedir orinar y ha excepción de una derrame (debo agradecer haber comprado colchones impermeables) han sido noches secas. Antes de dormir lo llevamos a que orine y apenas despierta también y como a mitad de la noche él se despierta a pedir orinar.
Creo que definitivamente la clave de todo está en respetar los tiempos de cada niño, los deseos y maneras propias de abordar el cambio y, por supuesto, la paciencia, porque no es un proceso de la noche a la mañana.
Ya vamos por la cuarta semana y aunque se que el proceso continúa creo que hemos avanzado suficiente y podemos al fin decir ¡Chao Pañal!




Comentarios
Publicar un comentario