Hoy ha sido un día interesante, desperté en casa de mi abuela y disfrute de los mimos y la atención que me brindaba. Cuando me llegaron a recoger me sentí amado, alguien se preocupaba por mí y me extrañaba. Conforme pasó el día tuve mis momentos de alegría y de enojo, de frustración y de victoria. Mi mamá me ha intentado explicar cómo controlarlos, me dice que inhale y que exhale; que inhale paz y exhale enojo o cualquier emoción negativa que tenga en ese momento, que cuando respiro mis pulmones se llenan de aire, la sangre corre a mi cerebro, la presión sanguínea se regula (creo que es eso que ve mi mamá cuando se pone el tensiómetro en el brazo), que cuando inhalo hay muchas reacciones químicas que logran calmarme; aún no lo logro pero cuando ella se sienta conmigo y lo hace, a pesar de que me enojo, me siento comprendido. El día pasó, salimos a otro lugar y me aburrí, empecé a molestar a mi hermano menor y mi mamá estuvo ahí tranquila; pensé que se iba a enojar como ...
Blog de historias de vida, del día a día de una mamá felizmente caótica.